domingo, 24 de julio de 2022

Feliz 24/7


 

El posible que no lo parezca, pero para mi este día es muy, muy importante. No porque vaya a tener sesiones salvajes (que a veces se tienen, y a veces no, de todas formas para tenerlas está el resto del año), o que vaya a desfasar en fiestas (que este año se ha dado el caso, pero no tiene por qué). Para mi es un día para reivindicar esta sexualidad y subcultura, para molestar a todas esas personas que nos niegan, nos avergüenzan amparados en su "normalidad" y/o nos califican de enfermos depravados. Es un día para pararnos un momento a reflexionar acerca de lo que somos, de donde venimos, y hacia donde vamos.

Nadie dijo que el BDSM fuese un camino fácil, pero esto es lo que somos, no se elige, sencillamente pasa. Hagamos temblar el mundo. Este es nuestro día.

Feliz 24/7

Este texto lo publiqué originalmente en esta entrada del cómic Thaïs Secret World, pero me hacía ilusión compartirlo aqui también.

jueves, 14 de julio de 2022

BDSM y Alcohol

 Esta vez, más que pensamientos es un suceso junto a una reflexión.

Estaba yo ayer sin planes por delante, tan solo quedarme en casa, dibujar cosas mías y/o ver algún video, serie o peli. Como no iba a salir ni hacer nada aparte de lo mencionado, decidí abrirme una cerveza; yo no suelo beber nunca, pero me gusta disfrutar de vez en cuando de una buena cerveza podríamos llamar “gourmet” (cerveza ‘pija’, como la llama mi novia), de esas de trigo, espesas y con poso, que están riquísimas y suelen tener una graduación un poco más elevada que las Lager o Pilsen a las que estamos acostumbrados.

Como he dicho, no suelo beber alcohol, excepto las mencionadas cervezas en momentos muy puntuales, así que, junto a mi complexión de pequeño tamaño, con una sola botella es suficiente como para pillarme un buen pedo.

Fotografía de Alexa's Photos (2017)

Mi idea, como otras tantas veces, era quedarme toda la tarde en casa sin hacer nada importante mientras me durasen los efectos del alcohol, y habría sido así de no ser por que sin buscarlo, surgió una sesión BDSM. Es bien sabido, porque está escrito en muchos lugares, que el BDSM y el alcohol no se llevan bien, pero como también daba la casualidad que llevaba varios días arrastrando un calentón, pues me dije “estoy algo piripi, pero total, solo ha sido una birra, ¿qué podría pasar?”

Pues lo que pasó es que he tenido la sesión más insatisfactoria y horrible de mi vida. A continuación algunos detalles de como lo he sentido:

  1. El dolor dolía más. Torturas que normalmente aguanto bien, esta vez estaba hipersensible y eran insoportables, que no hubiese sido mucho problema de no ser porque...

  2. El dolor placentero se convirtió en dolor desagradable. Las mencionadas torturas que normalmente me gusta sufrir, esta vez no fueron así: eran muy desagradables, algo asi como cuando te pillas el dedo con una puerta, que es dolor, pero no del que da gustirrinin.

  3. Cualquier postura o atamiento me molestaba. Además tenía cierto mareo, y solo pensaba en echarme a descansar.

  4. Tenía frío todo el rato. En sesiones me gusta pasar frío (aunque luego ni se nota con la emoción del momento), pero esta vez no se quitaba. Y eso que en esta época no hace nada de frío.

  5. Con tantos problemas y tantas interrupciones, no he logrado meterme en situación.

  6. Los orgasmos fueron insulsos, como si no terminasen de satisfacerme del todo, dejando una una sensación de vacío.

  7. Después de la sesión se me ha quedado muy mal cuerpo, como si la resaca se hubiese multiplicado.

Aparte de insatisfactoria para mi, evidentemente también lo ha sido para mi pareja, con tanto puntillismo y tantas interrupciones y quejas. Al contarle que me metí en la sesión con un buen pedo sin decirle nada, me he ganado una bien merecida reprimenda.

Así que, la reflexión es la siguiente: Siempre que he leído sobre el tema BDSM y alcohol, lo que te cuentan es que son incompatibles por los efectos sobre los sentidos, es decir, que siendo dom, no controlaras bien, exceso de confianza, etc.., y siendo sumí, que podrían aprovecharse de ti (en el caso de sesionar con personas que no son tu pareja). Nunca leí nada sobre lo mal que sienta físicamente sesionar con alcohol en el cuerpo.

Desconozco si es algo puntual en mi por mi baja tolerancia al alcohol, y que a otras personas se le manifieste de otras maneras, quien sabe, solo me limito a contar mi experiencia por si a alguien le ayuda.

Ya sabes: si bebes no sesiones.

Act 2, por Arthur Halucha (2018)

 



miércoles, 6 de julio de 2022

Sobre cuerdas

Importante: esto no es un tutorial sobre como preparar cuerdas, son tan solo una serie de apuntes en base a mi experiencia. Si quieres ponerlos en práctica, hazlo bajo tu responsabilidad.

Hoy toca hablar sobre el apasionante mundo de las cuerdas. Soy consciente que no llevo atando tanto como otras personas (que llevan casi toda la vida), pero creo que sí el suficiente como para tener una opinión formada sobre el tema, y tras haber estudiado moda (con buena parte del temario dedicado al comportamiento interno de tejidos y fibras) poder arrojar algo de conocimiento técnico sobre unas tradiciones asentadas. 

Y es que alrededor de la las cuerdas hay mucha tradición, y encima como viene de Japón, es tradición al cubo (harta un poco esa idea generalizada de que lo japonés es más mejor, más tradicional, más de todo… más, más, más). Como todas las tradiciones, no está mal analizarlas, saber el por qué de las cosas, y tal vez darnos cuenta de que a lo mejor hay alternativas (para que os hagáis una idea, en un pueblo de Zamora era TRADICIÓN tirar una cabra viva desde el campanario. Ya sabéis por donde voy).

El atador japonés Hajime Kinodo y su modelo Aimi, en una performance en el ´Museum of Sex', NY 2018.

Así que con este texto vamos a repasar el intocable y TRADICIONAL mundo de las cuerdas con la intención de hacerlo práctico, hacerlo nuestro.

Fibras naturales Vs. fibras sintéticas

En el Shibari es tradicional el uso de cuerdas fabricadas con fibras vegetales como el yute y sobre todo el cáñamo. Cierto es que son cuerdas muy buenas, ligeras y manejables, con buen factor de fricción para que los nudos no se escurran, y por otro lado también son caras y necesitan cierto mantenimiento y preparación para que no sean lijas (Que tras prepararlas siguen siendo lijas, pero menos).

Soga natural - bondage 6, por Michael Raab 2019 pixabay
 

¿Se puede usar otro tipo de cuerda para hacer Shibari?

Por supuesto, puedes hacer Shibari con casi cualquier tipo de cuerda siempre que sepamos qué tenemos entre manos. Por ejemplo muchas personas atan con soga de algodón, un poco más baratas que las anteriores, son suaves y sin mantenimiento, pero encojen con la humedad; en una sesión de cuerdas se va a sudar bastante, y si la soga encoje al humedecerse no es que te vaya a hacer un abrazo mortal en plan constrictor que te rompa todos los huesos… es que los nudos se van a apretar al retraerse el material, y luego no hay quien los deshaga.

Por eso, una alternativa a una cuerda suave, sin mantenimiento y barata son las fibras sintéticas como el poliéster. Ya no estamos en los 70, y las fibras sintéticas han evolucionado tanto que se quedó atrás ese aspecto plasticoso-artificial que solían tener, y a día de hoy es frecuente que la única manera de saber si una fibra es natural o sintética es quemarla (sí, quemar es un test que se usa en la industria textil. Pero ojo, quemar pequeñas muestras, no echar a arder metros y metros…). Las cuerdas hechas de poliéster son resistentes, duraderas, suaves como las de algodón, pero sin la engorrosa manía de absorber humedad. ¡Y se pueden mojar sin que se vea afectada!

Park Bondage, por Hendrik Wieduwilt, 2017
También existen cuerdas muy similares al yute y cáñamo, que son las sogas de sisal, y las de ramio, que se caracterizan por ser extremadamente duras e incómodas, pero válidas al fin y al cabo.

A veces se escucha hablar de las cuerdas de seda. La seda tiene una reputación de ser delicada, pero nada de eso; aunque suave, es extremadamente resistente y no cede, por lo que las ataduras pueden ser demasiado duras. Además como es tan sedosa (es seda al fin y al cabo) se desliza muy fácilmente y hacer nudos es un horror. Sin contar que es extremadamente cara (Importante: esas cuerdas que venden “de seda” en sex shops, son de poliéster).

Algunas Sex-Shop ofrecen "sogas de seda" a un precio muy bajo, que en realidad es poliéster con un acabado brillante. No está mal para atar, sabiendo que los nudos podrían escurrirse. Creo que quedan mejor para sujetar cortinas o como cíngulo nazareno.

Conclusión: Aunque las cuerdas que suelen usarse son las mencionadas yute y cáñamo, lo mejor es probar varios tipos y quedarte con el que mejor te funcione.

Cuerda retorcida Vs. cuerda trenzada

No se habla mucho de este apartado en los círculos cuerdas, o al menos nunca he participado en una conversación donde haya salido. Está en función a la fabricación de la propia cuerda, y aunque hay muchos métodos, dejo fuera algunos como el ‘paracord’ o las de alpinismo porque se van de precio, centrándome en las retorcidas y las trenzadas:

    Ejemplo de soga retorcida, reddit.
  • Cuerda retorcida: Son un mínimo de tres hebras retorcidas independientemente, que a su vez van retorcidas entre ellas, dando un bonito patrón de líneas oblicuas paralelas. Es el tipo de cuerda tradicional porque es como se han hecho desde la antigüedad. Y también, por su rugosidad, tiene buena fricción y retiene los nudos.

  • Cuerda trenzada. Se compone de pequeñas hebras trenzadas entre sí en direcciones contrarias, dando un patrón de diamantes. El trenzado da mayor capacidad de carga que la retorcida (es decir, que aguanta más peso antes de romperse), pero en realidad no importa, porque cualquier de yute, cáñamo, o poliéster de 6mm debería aguantar más de 100 kg, y teniendo en cuenta que en Shibari trabajamos con dos cabos, debería ser suficiente*. Una cuerda trenzada se desliza mejor al tener un patrón que aporta menos fricción, pero hay que apretar más los nudos para que no se suelten. También tiene un factor de estiramiento algo mayor que la construcción retorcida, pero a efectos ya os digo que ni se nota.

    Ejemplo de soga trenzada. Bondage de tetas en Folsom. Diana Blackwell, 2009

Conclusión: la cuerda trenzada no aporta cambios sustanciales frente a la tradicional cuerda retorcida (salvo casos puntuales), así que, ¿por qué no utilizarla? Y las marcas que deja son igualmente bonitas.

 * Siempre que vayas a hacer suspensiones ASEGÚRATE de mirar las especificaciones, y ante la duda, pon más cabos o no la hagas.

Grosor, Longitud, cantidad, etc.

En cuanto al grosor, lo tradicional es “más de 5 mm y menos de 8 mm”. Y coincido con eso. Cuerdas inferiores a 5 mm pueden dañar la piel al apretar por ofrecer poca superficie y pueden romperse al tener menos capacidad de carga. Si son más gruesas de 8 mm son un horror de manejar. Personalmente recomiendo las de 6 mm, porque son lo suficientemente gruesas y muy manejables para la mayoría de situaciones.

Con el tema de las longitudes hay bastante debate: ¿Cual es la longitud idónea para el Shibari? Tradicionalmente se usan tramos de unos 7,5 u 8 metros. Hay cálculos por ahí que te dan la longitud “correcta” en función de lo que le mide el brazo a la persona atadora, incluso he leído que es la longitud tomada del lado de un tatami (que son unos 8 metros). Pero la longitud es algo que debería estar en función de las preferencias personales en cuanto a comodidad y manejo, teniendo en cuenta que si mide mucho te vas a tirar un rato pasando cuerda (y es bastante tedioso) pero si mide poco, tendrás que hacer muchos empalmes, y puede quedar feo.

Personalmente yo utilizo tramos largos de 7,5m y/o 8,75m para uso general y tramos cortos de 3,75m y/o 4,37m para usos concretos … ¿por qué esos largos tan específicos? Por pura comodidad. Normalmente cuando compras cuerda por rollos te vienen en cantidades de 30m o 35 metros. La divido en cuatro trozos iguales de 7,5m o 8,75m, y uno de esos trozos lo divido a su vez en dos de 3,75m o 4,37, obteniendo tres tramos largos y dos cortos, con una buena longitud y sin desperdiciar nada ;)

Conclusión: Usa las longitudes y grosores con las que trabajes mejor. Muchas veces el grosor y longitud puede depender de la persona que atemos, ya que si es menuda y ligera, podemos emplear grosores finos (además quedan mejor) pero si es una persona alta o gruesa (y pesada) quizá necesitemos grosores mayores y tramos más largos.

Preparación de las sogas (naturales)

Pregunta polémica: ¿Cual es la manera de preparar una cuerda de fibra natural de yute o cáñamo? En Internet hay tutoriales a espuertas de como preparar “correctamente” las cuerdas para Shibari, que muchas veces difieren entre ellos, por lo que queda evidente que no hay “formas correctas”. En general los pasos son los siguientes:

Hervido de las cuerdas

Hirviendo cuerdas en la olla de mi casa
Uno de los primeros pasos consiste en hervir la cuerda durante 20 a 40 minutos en una olla de agua. Por lo visto este paso ablanda las fibras, pero para mi es un sinsentido, pues la única explicación que le encuentro es para esterilizarlas… en un proceso que podemos dañarla prematuramente al quemarse con el fondo de la olla. Una fibra hervida no se ve alterada, de hecho se puede lavar la ropa en agua hirviendo para eliminar manchas difíciles, pero la ropa sigue comportándose igual.

Para mi es mejor pasar al siguiente paso...

El lavado

En el proceso de fabricación y transporte las cuerdas pueden llegar absorber tal cantidad de suciedad que conveniente eliminar antes de usarla para aplicaciones íntimas, y para eso un buen lavado es más que suficiente. Este paso suelen saltárselo quienes hierven la soga, ya que en el proceso suelta bastante porquería. Hay quien invierte el orden, lavar y hervir.

El lavado puede hacerse a mano, pero también a máquina, aunque en este caso sería bueno meterla en un saco de prendas delicadas, más que nada porque como se te cuele entre las rendijas se va a reliar por el interior del bombo y no solo se estropeará la cuerda, sino también la lavadora, y luego explícale al técnico por qué andabas lavándolas.

En cuanto al jabón, la tradición nos dice que solo hay que usar jabones naturales… Si lo haces por ética, estupendo, pero también puedes emplear un jabón neutro que no dañe las fibras. Si la cuerda viene muy grasosa, puedes incluso echar jabón para vajilla de PH neutro.

El secado es otro punto en el que hay debate: ¿dejarla secar tensa o por el contrario dejarla secar floja (colgada sin más)? Y mi respuesta es “da lo mismo”, porque si la tensas, al secarse pierde la tensión y se va a quedar floja. Además no estamos hablando de hormigón pretensado, la fibra internamente no va a alterarse por secarla de una manera o de otra.

Quebrado de la fibra

Cosiste en hacer friccionar al cuerda sobre sí misma, normalmente pasándola a través de una anilla o mosquetón con varias vueltas, todo esto para restarle rigidez. Es un paso que, en mi opinión es mejor saltarse.

Una cuerda está compuesta por hebras, que a su vez las componen fibras entrelazadas y compactadas entre si durante el proceso de hilatura, que dependiendo del material serán más largas o más cortas (por ejemplo, el yute y el cáñamo tienen fibras de 1 a 4 m).

No hace falta decir que el quebrado daña la cuerda prematuramente, restándole durabilidad. Además la fibra ya quebrará sola por el uso, volviéndose manejable, no tiene sentido machacarla antes de tiempo.

Quemado

Tras lavar las cuerdas, suelen quedarse muchos pelillos sueltos que la afean, y para eliminarlos un buen sistema es quemarlos. Tradicionalmente se usa una vela pero está aceptado que se haga mediante una llama azul, como un soplete o el fogón de la cocina, ya que la vela deja la cuerda oscura por el hollín, aunque con maña se puede quedar una bonita cuerda morenita.

Evidentemente, si no vamos con cuidado podríamos dañar la cuerda, así que habrá que pasarla de forma uniforme, sin pausas para que el fuego no penetre y queme sólo lo superficial. A veces habrá que darle dos pasadas para que quede bien.

Con el uso de la cuerda, vuelven a salir más de estas fibras sueltas, así que el quemado es algo que hay que repetir varias veces durante su vida útil.

Hidratación y engrasado

Finalmente, a la cuerda se le suele dar una capa de aceite para que no esté tan seca, se deslice bien y tenga un tacto agradable. Hay muchas fórmulas, como mezclar aceite y cera de abeja, o el empleo de aceites vegetales diversos, como oliva o coco.

Yo recomiendo usar un aceite mineral, como aceite de bebé, porque los aceites vegetales al tiempo le darán a la cuerda un olor a rancio, algo parecido a abrir esa bolsa de frutos secos que se quedó al fondo de la despensa, un par de años pasada de fecha. Además el aceite de bebé le deja un olor bastante agradable.

Cuidados posteriores

Una vez tratada, la cuerda quedará genial… durante un tiempo. Con el uso perderá el aceite, le volverán a salir pelos y se ensuciará, por lo que habrá que repetir los procesos de lavado, quemado y engrasado. Una cuerda, aunque puede durar mucho, no es eterna, y llegará el momento que habrá que cambiarla. Estas cuerdas viejas es mejor usarlas para el suelo, utilizando cuerdas nuevas y fiables para las suspensiones.

Shibari Rope bondage, por Nawashi Shadow, 2008

¿Y qué pasa con los otros tipos de cuerdas?¿También se tratan?

Las sogas hechas con otros materiales son más sencillas de usar porque, porque por ejemplo, el algodón o las sintéticas vienen listas para usar, aunque yo las lavaría antes. Excepto las cuerdas de ramio o sisal, que al compartir características con las de yute y cáñamo, se tratarán igual que estas.

¿Se pueden usar cuerdas naturales sin tratar para hacer shibari?

Rotundamente SÍ. Todo está en función de nuestras necesidades y de las sensaciones que busquemos. Las cuerdas se tratan para que sean más suaves y cómodas de usar, pero sabiendo lo que hace cada proceso, podemos modificarlo a placer. Como ejemplo diré que a mi me encanta que me aten con rasposas e incómodas cuerdas de sisal sin tratar.

Conclusión final

El Shibari es muy antiguo, me aventuraría a decir que es una de las prácticas de intercambio de poder documentadas más antiguas que hay, y eso lleva asociada una gran tradición. Pero los tiempos cambian, hay innovaciones tecnológicas y conocimientos técnicos que antes no había, y pienso que es bueno actualizarse, o al menos preguntarse el por qué se hacen las cosas, por qué se sigue la tradición. Si nos hacemos preguntas probablemente nos llevemos algunas sorpresas.

Takate Kote, por Luis Futomomo, 2020


domingo, 10 de abril de 2022

Títulos y roles

Cuando hablo por primera vez con alguien perteneciente al mundo BDSM, algo que parece que está aceptado, extendido, normalizado y es usual, y que yo NO hago nunca, es preguntar por el rol. Y es que:

  1. Ante todo, veo personas con las que charlar antes que doms o sumis (o switches)

  2. A priori, no voy a sesionar contigo, así que me da igual lo que seas.

Si sale de forma natural en la conversación de qué rol es cada cual, pues bien, es algo que acaba saliendo tarde o temprano, pero no entiendo por qué esa necesidad de saberlo o transmitirlo de entrada durante la presentación.

Y también, no hasta el punto de molestarme, pero sí que me incomoda (mucho), es que me pregunten de primeras por mi rol.

Si es por temas de protocolos, para dirigirse correctamente hacia doms y sumis, etc... Mira, estamos en el siglo XXI y no en la corte del Luis XIV, y a no ser se trate específicamente de una fiesta de protocolo (en donde estas cosas sí tienen sentido), en reuniones, fiestas, conversaciones, etc, de carácter general, se viene a charlar y a conocerse las personas, y luego, si procede y se da el caso, pues se entra en el juego de los títulos, tratamientos y demás.

Aunque bueno, esto es solo mi opinión.

Foto: Brian McCauley, 2009
 

Esto lo escribí originalmente en Twitter el 29 de marzo de 2022, aunque sin la limitación de caracteres, lo he extendido un poco.