Puede
que, como muchas otras cosas en la vida, esté equivocada, o puede que
no, quien sabe. Por eso lo voy a poner por escritoa ver qué pasa.
Antes os pondré en antecedentes. Todo ha venido a raíz de haber publicado una ilustración en un foro (no hace falta que entre en detalles, solo decir que es un foro de artistas). Para mi es una ilustración bastante inocente, que solo se ve un ropework hecho sobre una persona vestida con un kigurumi. Pues me la han censurado diciendo que en el foro pueden entrar menores (a pesar de haber un sistema de censura para impedir que se vean estas cosas de primeras), y que por eso no permiten imágenes pornográficas.
La cuestión es que me he dado tremendo hostión de realidad sobre lo atrasada que está la percepción del BDSM en la sociedad. Me ha venido un ataque de ansiedad a la vez de un ataque de risa, de risa por lo ingenua que soy al creer lo integrada que está esta subcultura a día de hoy. Pues no, al parecer la sociedad en general nos sigue percibiendo como un atajo de sectarios depravados y pervertidos (es por eso que no me gusta nada cuando personas dentro del mundo del BDSM se autocalifican como pervertidos y/o depravados, auqnue sea para hacer la gracieta, pero eso es tema para otro post)
Siempre estoy luchando por la normalización, que reducir el BDSM a “solo sexo” es como reducir a los seres humanos a “seres follantes”… Es cierto que el BDSM tiene un componente sexual muy potente, pero también involucra relaciones entre personas, y una manera de ver, y entender la vida más allá de los convencionalismos. Además desde hace años se pueden considerar las cuerdas como una variante artística.
Y me asquea, porque llevaba un tiempo con mucho optimismo, diciendome, o más bien engañándome diciendome que el El BDSM cada vez estaba mejor visto. Pues parece ser que no.
Lo que más rabia me ha dado es que estuve curioseando en el foro, y he visto imágenes que son sexualmente muy sugerentes, por ejemplo una ilustración de una tenista de bastantes curvas jugando en postura innecesariamente sexy, con ropa muy, muy escueta, y las tetas saliéndose de su minúsculo top, con los pezones fuera… Que me digan que una imagen así sí es válida mientras que mi muchacha mi muchacha con cuerdas es porno… pues qué queréis que os diga, duele bastante.
Es más llego a pensar (lo dicho, quizá me equivoque) que mi ilustración no solo la puede ver perfectamente una persona menor de edad, sino que sería bueno porque daría pie a explicarle que hay un tipo de sexualidad y subcultura que involucra el uso de cuerdas y cadenas, y el intercambio de poder, y crecería en la tan ansiada normalización del BDSM.