La otra noche tenía un par de horas libres y aproveché para ver la última de la saga, así que habiéndolas visto todas ya puedo hablar del tema.
He de decir que de los libros sólo me leí el primero, y después de ver la primera película decidí no pasar de ahí y verlas en su lugar. ¿El motivo? iba a perder menos tiempo, y me iba a enterar de lo mismo, además, creo que los guionistas de las pelis han hecho un excelente trabajo, porque han mejorado la obra original, y convertir tal desastre literario tiene su mérito.
Con una portada así ya intuyes de lo que va... pero no, te equivocas XD |
En éstas películas está todo mal. Son largas, lentas, aburridas. Intentan abarcar muchas cosas y no se quedan en nada. No funciona como peli de romance, no funciona como peli de suspense e intriga, y por supuesto no funciona siquiera como peli BDSM. Básicamente, lo único que me ha gustado han sido las cuatro escenas sueltas de sexo BDSM que hay, muy muy escasas, el resto para mi es prescindible.
Creo que la parte en que le pone la barra en los tobillos es mi favorita |
Y es que se supone que el BDSM es el punto central de toda la saga, de cómo evoluciona la relación de los protagonistas a lo largo de las seis horas de las películas. Pero no es así. Desde el principio, la declaración de intenciones es el choque entre las personalidades, prioridades y deseos de los personajes al decidir estar juntos, pero a mitad de la segunda pasa a ser algo secundario, o terciario, no sé. Te lo cambian todo y se pasa a una trama de acosos, secuestros e intrigas, que no pinta nada de nada. sobre todo porque durante tres horas te han abonado el terreno para una cosa para luego sembrarte otra completamente diferente. No tiene ningún sentido.
Y me da mucha rabia, podía haber sido una historia buena. No hacía falta meterse en esos embrollos del ex-jefe acosador, persecuciones de coches, sabotajes y tramas policiales/judiciales, flipadas. Con los elementos con los que se inicia la historia hay de sobra para un buen relato:
- Por un lado tenemos al Señor Grey, un amejo (una palabra que utilizo para definir a un amo que va en plan superpró, que piensa que la sumi se debe amoldar a sus deseos y placeres. También suelen referirse a ellos como Master del Universo) obsesionado con su estatus y su reputación, que además está podrido de dinero y todo lo que quiera lo tiene a golpe de talonario.
- Por otro una chica de clase media que no es sumi y no sólo no tiene ni zorra del BDSM, sino que está llena de prejuicios pensando que quienes lo practican es por haber tenido traumas infantiles.
- Finalmente tenemos la relación entre ambos: se han enamorado el uno del otro, y deciden emprender una relación estable en donde tendrán que aprender a convivir adentrándose en el mundo del otro. Él bajándose del trono dom, dejar de ser un egoísta
de mierday tratar a su chica como su pareja, y no como otro saco de carne al que torturar. Y ella intentar alejarse de los prejuicios y aceptar que él es así por que sí y no porque le fastidiaron de chico, y aprender un poco sobre el mundo de las cuerdas y las cadenas que tanto le gusta. El conflicto está servido.
"Rojo, Rojo, que no me gusta que me ates y me tortures, sólo lo hago para contentarte" |
Y así acaba todo, él siendo igual que siempre, y ella sometiéndose como sumi sin gustarle... ¿no notáis algo raro en eso? |
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