domingo, 21 de febrero de 2021

Historia del BDSM 4: Mientras tanto en japón...

Nota: Esta entrada es un extracto de mi TFE que presenté en Septiembre de 2020 para los Estudios Superiores de Diseño de Moda, titulado 'K'.

Durante el periodo Edo de Japón (1603-1868) se desarrolló un arte marcial centrado en la inmovilización y control de prisioneros mediante encordamiento: el Hobaku Jutsu u Hojojutsu. Se trataba de una refinada técnica con diferentes escuelas y técnicas, cuyos maestros las mantenían en secreto. Sus finalidades, aparte de mantener al reo bajo control, era humillarlo, y torturarlo. Además, a través del tipo de soga y de atadura, se describía el tipo de crimen y la clase social de la persona atada. A estas técnicas se las conocieron como Shibari. Independientemente de la escuela, existían varias reglas aceptadas: 
  • No infligir daños físicos permanentes.
  • Impedir al prisionero la posibilidad de auto liberarse.
  • Nadie podía presenciar la técnica.
Con el tiempo y de forma natural, esta técnica de encordamiento pasaría al ámbito privado, dando paso al refinado rito erótico del Kinbaku, o arte de atar.

En 1868 se inicia la restauración Meiji, caracterizada por una apertura del país a las potencias occidentales. Recordemos que casi todo el periodo Edo se aplicó el Sakoku, una política exterior restrictiva, fuera o no japonés, nadie podía entrar o salir del país sin aprobación del gobierno. Esta apertura significó un periodo de esplendor donde convivieron tradición y progreso. En este marco nace Seiu Ito (1882-1961), un ilustrador y fotógrafo, que tras haber estudiado el Hojojutsu en profundidad, reescribió las reglas del Kinbaku, disociando finalmente del arte marcial para hacerlo independiente y recreativo, tal como lo conocemos hoy en día, es decir como un ritual planificado, creando un vínculo entre el atador (kinbakushi) y el atado (dorei) con un público, con el fin de preservar al aspecto marcial ante la improvisación que surge en la transformación hacia lo sensual.

Durante la primera mitad del siglo XX el Kinbaku se popularizó enormemente en Japón. Tras las 2ª Guerra Mundial se establecieron bases militares permanentes estadounidenses. Estos militares, en contacto directo con la cultura japonesa, conocieron también el arte del encordamiento, que llegó, a través de ellos, a occidente sobre los años 60, aunque no se popularizaría hasta bien entrados los 90.

El atador japonés Hajime Kinoko y su bottom Aimi en una exhibición en el Museum of Sex, Nueva York, durante la inaguración de la exposición de Araki “Sex, Life and Death in the work of Nobuyoshi Araki”, en 2018.



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